lunes, 2 de septiembre de 2024

La mujer en la antigüedad - Medea, primera feminista

La mujer en la antigüedad - 




Medea, primera feminista


 


Euripides, Medea 

Medea se queja de su suerte de mujer abandonada delante del corifeo (portavoz del Coro). 
Es uno de los primeros textos feministas, pues expresa la situación inferior 
en que se encontraba la mujer en Grecia. 

"A mi este suceso que inesperado vino 
me ha destrozado el ánimo; perdida estoy, no tengo 
ya a la vida afición; quiero morir, amigas. 
Porque mi esposo, el que era todo para mi, como 
sabe él muy bien, resulta ser el peor de los hombres. 

De todas las criaturas que tienen mente y alma 
no hay especie más mísera que la de las mujeres. 
Primero han de acopiar dinero con que compren 
un marido que en amo se torne de sus cuerpos, 
lo cual es ya la cosa más dolorosa que hay. 
Y en ello es capital el hecho de que sea 
buena o mala la compra, porque honroso el divorcio 
no es para las mujeres ni el rehuir al cónyuge. 

Llega una, pues, a nuevas leyes y usos y debe 
trocarse en adivina, pues nada de soltera 
aprendió sobre cómo con su esposo portarse. 
Si, tras tantos esfuerzos, se aviene el hombre y no 
protesta contra el yugo, vida envidiable es ésta; 
pero, si tal no ocurre, morirse vale más. 

El varón, si se aburre de estar con la familia, 
en la calle al hastío de su humor pone fin; 
nosotras nadie más a quien mirar tenemos. 
Y dicen que vivimos en casa una existencia 
segura mientras ellos con la lanza combaten, 
mas sin razón: tres veces formar con el escudo 
preferiría yo antes que parir una sola. 

El mismo lenguaje no me cuadra como a ti, Corifeo: 
tú tienes esta ciudad, la casa de tus padres, 
los goces de la vida, trato con los amigos, 
y en cambio yo el ultraje padezco de mi esposo, 
que de mi tierra bárbara me raptó, abandonada, 
sin patria, madre, hermanos, parientes en los cuales 
pudiera echar el ancla frente a tal infortunio. 

Mas, en fin, yo quisiera de ti obtener sólo esto, 
que, si un medio o manera yo encuentro de vengar 
el mal que mi marido me ha hecho, callado sepas 
estar, Corifeo. Pues la mujer es medrosa y no puede 
aprestarse a la lucha ni contemplar las armas, 
pero, cuando la ofenden en lo que toca al lecho, 
nada hay en todo el mundo más sanguinario que ella". 

lunes, 13 de mayo de 2024

Ingeniería romana

 Las termas - Los bañales




El circo de Tarraco 



El teatro de Cartago Nova




El anfiteatro de cartago- gladiadores




martes, 19 de diciembre de 2023

Saturnalia versus Navidad

 



Una festividad pagana de la antigua roma originó la navidad tal y como la conocemos 

Las Saturnales, fiestas paganas celebradas por los romanos, influyeron en la creación de la Navidad. Esta es la historia de la tradición más famosa del año. 

 

Periodista especializada en temas de actualidad 

 

la Navidad, festividad cristiana que conmemora el nacimiento de Jesucristo, se celebra el 25 de diciembre según el calendario gregoriano. Pero a pesar de su origen religioso, esta fiesta es comúnmente celebrada incluso por los ateos como una fecha dedicada a reunirse con los más allegados. 

Los Evangelios de Mateo y Lucas consideran que Jesús de Nazareth nació en un pesebre de Belén, aldea de Oriente Próximo, y que su llegada fue anunciada por un ángel. No obstante, estos no especifican el día exacto del nacimiento, una cuestión que se resolvería más tarde.  

 EL 25 DE DICIEMBRE, FECHA CRISTIANA 

Eran varias las festividades que tenían lugar a finales de diciembre en territorio romano, coexistiendo durante los inicios del Cristianismo: celebraciones de la antigua religión romana, judías, del mazdeísmo persa y también nórdicas, mayoritariamente vinculadas al solsticio de invierno del hemisferio norte. 

El emperador Constantino, primero en legalizar el cristianismo en el Imperio Romano, probablemente con la intención de superponer las prácticas cristianas a otras más antiguas, estableció el 25 de diciembre para la conmemoración del nacimiento de Jesús. El término navidad proviene del latín nativitas, que significa nacimiento. 

El objetivo de esta superposición era convertir a los paganos romanos a la religión cristiana estableciendo una tradición fácilmente asimilable para ellos, ya que sería inevitablemente relacionada con algunas de sus fiestas principales celebradas en esas mismas fechas: las Saturnales y el Sol Invictus. 

Así, se concluye que la tradición cristiana de la Navidad tiene su origen en ciertas fiestas paganas, que influyeron en su creación y con las que guarda algunas similitudes. 

SOL INVICTUS, EL CULTO A LA DEIDAD SOLAR 

El mismo 25 de diciembre ya era una fecha de celebración para los romanos. En esta ocasión festejaban el Sol Invictus, un culto a la divinidad solar asociado al nacimiento de Apolo, dios del Sol.  

Este culto se desarrolló en el período mitológico romano y duró hasta la conversión del cristianismo en la religión oficial del imperio. Sin embargo, esta no era la única deidad solar que los romanos habían adorado. 

El mismo emperador Constantino dio mucho valor a la figura del Sol Invictus, e incluyo usó su imagen en las monedas del Imperio y decretó que los domingos serían un día de descanso dedicado a honrarlo. Sin embargo, la llegada del Cristianismo catalogó el culto al dios del Sol como una celebración pagana 

Distintas festividades antiguas romanas se asociaban al solsticio de invierno, entre ellas las Brumales y también las Saturnales. 

LAS SATURNALES, UN RITO PAGANO 

Durante varios siglos, antes del nacimiento del Cristianismo, la sociedad romana era politeísta y creía en una serie de divinidades protectoras de las distintas áreas de su vida. Para la agricultura y la cosecha se adoraba al dios Saturno, y se celebraban unas fiestas paganas en su honor: las Saturnales.  

Originalmente transcurrían entre el 17 y el 23 de diciembre coincidiendo con el solsticio de invierno, el período más oscuro del año, cuando el Sol sale más tarde y se pone más pronto. 

Las labores agrícolas finalizaban en esta época y los campesinos y los esclavos podían permitirse aplazar el trabajo cotidiano. 

Durante estas fiestas, que se prolongaban durante siete días, los romanos visitaban a sus familiares y amigos, intercambiaban regalos y celebraban grandes banquetes públicos. Los esclavos gozaban de una gran permisividad; podían vestir las ropas de sus señores y ser atendidos por éstos sin recibir ningún castigo. 

JULIO I, EL PAPA QUE FIJÓ LA FECHA DE NAVIDAD 

El emperador Constantino, encargado de establecer de forma oficial la fecha para la conmemoración del nacimiento de Jesús en el Imperio Romano, actuó con el apoyo del pontífice del momento: el papa Julio I. 

Así, se fijó la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre, una fecha arbitrariamente escogida por la Iglesia católica a pesar de la creencia de que Jesucristo nació durante la primavera.  

Esta creencia nace de interpretaciones de los Evangelios, que describen que Jesús nació en un momento en que los pastores tenían rebaños al aire libre, algo imposible en invierno y en una región como Palestina.